El presidente venezolano Hugo Chávez dijo el lunes desde Caracas que está esperanzado en poder superar el cáncer que padece, pero admitió que es una “batalla cuesta arriba” que requerirá de un extenso y continuo tratamiento.
Chávez regresó en la madrugada del lunes en momentos en que el país atraviesa por un período de agitación política, provocada por dudas sobre la capacidad del mandatario de mantenerse en el poder.
El gobernante anunció el jueves desde Cuba que le fue extirpado un tumor con células cancerosas localizado en la región pélvica, pero el gobierno no ha brindado mucha más información al respecto.
Analistas dijeron el lunes que el retorno del mandatario no disipa totalmente el período de agitación.
El estado de incertidumbre en el país venezolano fue admitido por el mandatario de 56 años, quien poco después de llegar al país dijo en breves declaraciones que venía para “calmar las pasiones”. El vicepresidente Elías Jaua, reveló escuetamente que se producirán cambios en el tren ministerial de Chávez “para la nueva etapa que viene”.
En un discurso transmitido posteriormente por la televisión estatal, Chávez dijo ante miles de seguidores congregados frente al Palacio de Miraflores que ha mejorado significativamente tras pasar cuatro días bajo terapia intensiva, pero enfatizó que el proceso de recuperación apenas comienza.
“Hemos comenzado a remontar la cuesta; hemos comenzado a vencer el mal que se encubó en mi cuerpo, quien sabe por cuántas razones”, dijo Chávez, enflaquecido pero con mejor aspecto que el mostrado en las imágenes transmitidas desde La Habana.
Pero el proceso apenas comienza, dijo el mandatario en su pronunciamiento de 35 minutos, dejando entrever que podría viajar en un futuro cercano a Cuba para continuar con el tratamiento.
“Estoy seguro de que ustedes comprenden perfectamente las dificultades de esta batalla. Que nadie vaya a creer que ya mi presencia aquí este día, 4 de julio, significa que ya ganamos la batalla […] Tenemos que seguir un plan científico, ustedes lo comprenden”, añadió.
Chávez regresó a Caracas en la madrugada sin previo aviso, tras permanecer en Cuba desde el pasado 8 de junio, donde le extrajeron el tumor canceroso y le brindaron tratamiento oncológico.
Decenas de seguidores celebraron el regreso del gobernante en una de las esquinas de la céntrica Plaza Bolívar coreando las consignas “uh, sí, Chávez ya está aquí” y “volvió, volvió”.
“Dios nos mandó a Chávez, Dios nos lo sanó… tenemos nuestro comandante para rato”, dijo emocionado Hipólito Tabares, de 39 años, quien llegó en su silla de ruedas a la Plaza Bolívar exhibiendo una fotografía del mandatario.
Jairo Avila, empleado de un restaurante, respaldó el retorno de Chávez. “Estoy muy contento de que esté aquí de nuevo con nosotros, y pa’ lante comandante. Lo vi bien, con mucha energía, con mucho entusiasmo, con mucho ánimo. Aquí está su pueblo que lo quiere, que lo admira mucho”.
Sin embargo, la alegría de algunos era indiferencia para otros. “A mí no me importa ese señor en lo personal. Ese señor le ha hecho mucho daño al país”, dijo José Vargas, un contador de 60 años.
Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, dijo que la incertidumbre generada en el país con el anuncio de la enfermedad del mandatario probablemente perdurará por un tiempo.
“Era perfectamente predecible el regreso del presidente”, dijo el analista, quien aseguró que “una vez abierta la caja de Pandora” sobre la enfermedad de Chávez, se generó incertidumbre “en la base del chavismo y hacia el interior del chavismo dirigente”.
León señaló que en la base del oficialismo se potencia una desilusión, mientras que en el “chavismo dirigente” se podría producir una “lucha interna por el poder”.
No obstante, el analista señaló que el retorno del mandatario era necesaria para tratar de contener las maniobras internas dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
De hecho, considera que este regreso del presidente no implica que se trate de un “Chávez nuevo”, sin impactos políticos, y que el hecho de que se encuentre en Venezuela tampoco significa que se haya curado y que tendrá energía para una campaña electoral y ser candidato para la contienda de diciembre del 2012.
“La incertidumbre sigue viva, ahora como antes”, aseguró León.
Este artículo fue complementado con servicios cablegráficos de El Nuevo Herald.
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