5 de Julio: Día para consagrarnos a la libertad
Hace 200 años, los fundadores de la Patria decidieron declarar formalmente la extinción de los lazos coloniales que ligaban a nuestra Capitanía General con la península, que en esos momentos estaba ocupada por tropas francesas a la orden de Napoleón Bonaparte. Dos siglos después, los que somos herederos de aquellos patriotas encontramos de nuevo a Venezuela uncida al yugo extranjero.
La ominosa presencia de oficiales extranjeros en nuestros cuarteles, la ofensiva influencia de policías foráneos, que torturan y asesinan a nuestros compatriotas, la insultante influencia de funcionarios de otros países, quienes dirigen áreas sensibles de la vida nacional, todo como parte de un plan deliberado para ponernos al servicio de una nación extranjera y de intereses distintos a los de nuestra nacionalidad, definen un panorama de pérdida de nuestra independencia en medio de un deterioro generalizado de la calidad material y moral de la vida republicana.
Los derechos fundamentales, consagrados en la Constitución y en los tratados suscritos y ratificados por nuestra patria, son violados con contumacia y las libertades básicas han dejado de tener significado en medio de un despliegue de violencia oficial y agresiones deliberadas e intimidaciones.
Ha desaparecido el concepto de armonía en la vida nacional, para ser sustituida por profundas divisiones entre grupos y personas, basadas en posiciones sociales, razas o creencias políticas, con lo cual está en peligro la existencia misma de la República.
Todo este panorama de ruina institucional y material se logra en medio de uno de los más profundos y corrosivos climas de corrupción, que ha permitido el despilfarro de cerca de un billón de dólares, obtenidos gracias a precios del petróleo que no dependen de nuestras gestiones, sino del funcionamiento de un mercado mundial de materias primas en el cual ejercemos poca o ninguna influencia.
Las instituciones fundamentales sufren un deterioro irreversible y los poderes del estado se destrozan en manos de personas incapaces, ignorantes e ineficientes. Las leyes se multiplican, pero nunca alcanzan al delito rampante. Más de 150 mil asesinatos, de los cuales 97% se mantienen impunes, cerca de 7 mil ejecuciones efectuadas por grupos parapoliciales. Presencia de grupos guerrilleros extranjeros y dominio económico y político de verdaderos carteles de narcotraficantes, amparados, protegidos e integrados a los círculos del poder.
Esta es la nación a la cual se piensa convocar a la celebración del segundo centenario de la independencia. No se puede celebrar ninguna fiesta en medio de un velorio nacional. Madres enlutadas, familias destrozadas, cerca de un millón y medio de los hijos de nuestra patria que se han visto obligados a emigrar, perseguidos de manera inmisericorde por la violencia desatada, el desempleo, la falta de seguridad jurídica y el deterioro de la educación, la salud y los servicios públicos.
Nos negamos a celebrar esta fecha y, por el contrario, queremos convocar a nuestro pueblo a una profunda jornada de reflexión acerca de los caminos para reeditar la gesta de independencia. Hoy los venezolanos no somos menos que los de 1811, tenemos más conciencia de la dirección en la que deseamos caminar, en la búsqueda de la libertad, la democracia y el pacífico disfrute de las múltiples riquezas de las que hemos sido dotados. Tenemos la obligación de conducir de nuevo a un pueblo bravo hacia una nueva gesta de independencia de los nuevos tiranos y de restablecimiento de los verdaderos valores de nuestra nacionalidad.
El 5 de julio de 2011 debe ser el punto de partida de una nueva lucha por la libertad, en todos los confines de la patria y en cada uno de nuestros corazones.
July 5th 2011 : A day for Liberty
200 years ago today, our forefathers decided to formally declare the termination of colonial bonds that tied Venezuela to Spain, then occupied by Napoleon's troops. Two centuries later we find ourselves anew harnessed to a foreign yoke.
The ominous presence of foreign officials in our military quarters, police and other sensitive areas of public life, torturing and murdering our people is unacceptable. The rape with perfidy of our human rights and basic liberties guaranteed by our Constitution, Charters and treaties have forsaken the meaning of said documents. A deliberate plan to place us at the service of a foreign nation and to interest other than ours, depict a state of foregone independence amidst a general erosion of material well being as well as the ethics of the republican way of life.
Deliberate aggressions and intimidation promoted by those in government, pursuant a policy of violence are our daily bread. The concept of harmony has disappeared in national life, to be substituted by deep divisions between groups and people, based on social positions, races or political creeds, endangering the existence of the Republic.
Institutional and material ruin is achieved amongst one of the most profound corrosive climates of corruption, squandering close to a trillion dollars from the sale of our crude on the world market where we exercise no undue influence.
The irreversible destruction of institutions and powers of the state in the hands of the inept, ignorant or inefficient occur often. Laws are enacted in a state where the rule of law is non existent. More than 150,000 murders in 12 years, with a 97% impunity rate, around 7,000 vigilante executions most attributable to those in power. Presence of foreign guerrillas, a flourishing drug trade, abetted, protected by members of the circles of those in power.
How does one celebrate the second century of independence while the nation is in national mourning? Grieving mothers, torn families, around 1,500,000 sons of our homeland have been forced to emigrate, pursued without pity by undue violence, unemployment, the non existent rule of law, the erosion of education, health and public services. How does one celebrate the general impoverishment of our nation and its people?
We refuse to celebrate this date in order to call our people together to reflect on the paths that led and lead to our independence. We are not less than those of 1811, we have a greater awareness of the direction we seek, in the search of Liberty, respect of human rights, democracy, freedom of enterprise as well as the pacifist desire to enjoy the multiple gifts bestowed upon us. We have the right and obligation to lead a brave people anew towards independence from the new tyrants as well as the re establishment of our true values.
July 5Th 2011 should be the departure of a new struggle for Liberty within the bounds of our homeland and in our hearts.
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