Marianella Salazar: Diego Arria se la comió
Es
prematuro asegurar que Diego Arria rompió la polarización representada
por los gobernadores Capriles Radonski y Pablo Pérez, pero eso fue lo
que sentí con los planteamientos del ex gobernador de Caracas la noche
del encuentro en la UCAB. Arria podría dejar de ser la voz que clama en
el desierto si continúan esos foros televisados de precandidatos para
que los electores no elijamos por corazonadas y tengamos la oportunidad
de conocer propuestas y calibrar si son capaces de cambiar nuestro
destino, y canalizar la frustración de millones de ciudadanos que no
aguantan más y se encuentran en el “llegadero”.
Es el momento de los líderes verdaderos, de asumir posiciones firmes,
que sean capaces de desmontar el discurso engañoso de Chávez y
denunciar los planes siniestros para derribar la democracia e instaurar
de hecho un régimen comunista.
En el llamado debate que distó mucho de serlo Arria se mostró
claro, preciso, contundente y valiente. Si hay algo que agradecemos y
necesitamos urgentemente los venezolanos, aparte de las mejores
intenciones, maneras adecuadas y buena presencia es que los aspirantes
tengan el guáramo necesario parar enfrentar el narcoestado, la anarquía,
el militarismo, el terrorismo, la impunidad y la conflictividad social.
Ante la gravedad de los planteamientos de Arria sobre la explosiva
situación en Venezuela, donde la institucionalidad ha sido desmantelada
por un gobierno totalitario subordinado a Cuba, hipotecado a chinos,
rusos e iraníes, sintonizado con el terrorismo internacional,
“penetrado por las mafias internacionales del crimen organizado,
coordinadas por los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional”, los
otros precandidatos callan. No terminan de entender la verdadera
naturaleza del régimen, que ha sembrado de miedo la paz de los
venezolanos, que podría convertirnos en “un moderado Afganistán”, como
señala Arria.
Me pregunto si el resto de los aspirantes han salido de la
adolescencia política y están verdaderamente preparados para afrontar
esos tremendos desafíos. La gravedad de la situación planteada en
Venezuela va mucho más allá de la inseguridad, la falta de empleo, la
pobreza, los altos niveles de inflación y la crisis económica, estamos
frente a una situación inédita y es urgente llenar el vacío político con
un liderazgo que haga irreversible el camino hacia la transición. Arria
habla de una transición de tres años y propone una asamblea
constituyente para relegitimar los poderes, reducir el mandato
constitucional y eliminar la reelección presidencial.
Por último, Diego Arria se la comió cuando anunció que el 21 de
noviembre irá a la Corte Internacional de La Haya a acusar a Hugo Chávez
por los crímenes cometidos “contra tanta gente buena”. Como era de
esperar arrancó aplausos en el auditorio de la UCAB y en las casas de
millones de venezolanos que seguíamos el evento televisado, cuando
expresó que “el final de todos los que abusan de sus pueblos es La Haya.
No es retaliación ni venganza, es justicia”. Esa reacción de la
audiencia, les indica a los asesores electorales de los distintos
aspirantes con ideas idénticas qué es lo políticamente determinante en
esta campaña para animar a los ciudadanos a decidir a quién darán su
apoyo, y no perder una oportunidad, por tener una falsa conciencia de la
realidad.
Tic tac Desesperación: en la reunión de generales en
la Comandancia del Ejército, la semana pasada, con la presencia de dos
altos oficiales del Ejército cubano, se trató el tema de la salud del
Presidente. Lo que plantearon es cómo se mantendrán en el poder y salvar
el pellejo.
msalazar@cantv.net
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