El piloto favorito de Chávez llega a la F1
Aviones privados, yates, super modelos, diamantes, glamour y muchos millones de dólares. Así es la Fórmula Uno, un mundo de extravagancias que desde esta semana le da la bienvenida a la revolución socialista que promueve el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
La confirmación de Pastor Maldonado como piloto titular de Williams para 2011 marca el regreso del país sudamericano a la máxima categoría del automovilismo por primera vez desde que Johnny Cecotto lo hiciera en 1984.
Patria, socialismo o muerte, estamos venciendo
Pastor Maldonado
La figura de Maldonado está asociada a la del mandatario venezolano, a quien le dedicó la consigna "patria, socialismo o muerte, estamos venciendo" cuando recibió la Orden Libertador, tercera clase, luego de proclamarse campeón mundial de la serie GP2, una de las categorías de formación para llegar a F1.
Con sus palabras, el piloto venezolano no sólo proclamó su fidelidad al gobierno de Chávez -recibiendo críticas de la oposición- sino que también aseguró el respaldo financiero necesario por parte de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) para conseguir un lugar en la parrilla de salida del próximo año.
Entre el talento y el dinero
No ha sido un capricho del azar que un piloto venezolano sea parte del mundial de F1.
Se puede apuntar al respaldo de PDVSA, pero sería injusto menospreciar el talento de Pastor Maldonado, piloto que ha brillado con luz propia en el largo y complejo camino que hay que recorrer hasta llegar a la máxima categoría del automovilismo.
Maldonado es el fruto de una generación de oro del automovilismo venezolano, aquella que nació en el año 1985.
Recuerdo que uno de mis primeros trabajos periodísticos fue durante una válida del campeonato nacional de karting en Maracay, ciudad en la que nació Maldonado y que se encuentra a 100 kilómetros al oeste de Caracas.
Ese fin de semana, a mediados de los años noventa, se juntó en el autódromo "Carmencita Hernández" un grupo de niños que con el transcurso de los años se ha abierto paso por las pistas del mundo.
Maldonado creció junto a Ernesto José Viso, Rodolfo González y Francesco Cerullo, para nombrar sólo algunos, y fueron esas rivalidades, acentuadas con el paso del tiempo, las que influyeron positivamente en su carrera.
Pero en un mundo tan competitivo y en la búsqueda de un mismo sueño fue inevitable que la principal carrera entre ellos ocurriera fuera de las pistas.
Cada uno escogió un camino diferente para alcanzar la meta de llegar a la F1. Ahora es Pastor Maldonado el que recibe la bandera a cuadros de la mano de la escudería Williams, el tercer equipo más laureado en la historia de la categoría.
Grandes contrastes
Desde que Pastor Maldonado llegó a Europa, captó la atención de los principales equipos en las diferentes categorías de formación.
Su debut en monoplazas en 2002 fue prometedor y cuando alcanzó el título del campeonato italiano de Fórmula Renault en 2004, con sólo 19 años, fue seleccionado para convertirse en el piloto más joven del programa de desarrollo de la marca francesa, junto al finlandés Heikki Kovalainen (quien en F1 ha corrido con Renault, McLaren y Lotus) y el brasileño Lucas di Grassi (Virgin).
Pero Maldonado sólo pudo copar los titulares de esa temporada en la categoría World Series by Renault cuando, en su debut en el Gran Premio de Mónaco, enfrente de todos los pilotos y jefes de equipos de F1, no se percató de las banderas amarillas de precaución en el circuito y atropelló a un oficial de pista causándole heridas de consideración.
La consecuencia: cuatro carreras de suspensión y el fin de su vínculo con Renault al terminar la temporada.
Al año siguiente el viento volvió a cambiar a favor del piloto venezolano, que regresó al principado para lograr una imponente victoria. En 2006 luchó hasta la última válida por el título de la World Series by Renault, que perdió cuando le anularon un triunfo que había conseguido en la pista por una irregularidad técnica que cometió su equipo.
Pero fue en 2007 cuando Maldonado llamó la atención de Frank Williams, al convertise en el primer piloto en lograr la victoria en Mónaco en dos años consecutivos, en esta ocasión en la serie GP2.
Pese a ese resultado, hubo que esperar tres años para que el corredor venezolano convenciera a sir Frank. Sus grandes actuaciones eran opacadas por pobres resultados y fue este vaivén el que casi le cuesta la posibilidad de llegar a F1.
Inyección petrolera
En 2009 pareció tener su última oportunidad al llegar a un acuerdo con el principal equipo de la GP2, Art Gran Prix, el mismo con el cual lograron el título el alemán Nico Rosberg (2005) y el británico Lewis Hamilton (2006).
El resultado no pudo ser más negativo. Fue superado durante todo el año por un piloto novato y que a la postre se coronó campeón, Nico Hulkbengerg.
El "Hulk" alemán saltó a F1, mientras que Maldonado no consiguió un puesto pese a coquetear con varios equipos y a tener el respaldo financiero de la gigante petrolera venezolana.
En la encrucijada del destino Maldonado decidió probar suerte por tercera vez en GP2, esta vez con el equipo Rapax. Consciente de que a sus 25 años se le acababa la gasolina de PDVSA, el corredor venezolano completó el mejor año de su carrera, alcanzando el título y seis victorias.
Estos resultados –y el aporte de más de US$20 millones- le abrieron las puertas en la escudería Williams, sustituyendo a Hulkbengerg como compañero del brasileño Rubens Barrichello.
"Sólo quiero dar lo mejor de mí, estar tan cerca como pueda de los primeros puestos… Soy un novato, pero eso no será un problema. Necesito mantener la concentración y hacer mi trabajo". Este es el objetivo de Pastor Maldonado, quien ahora más que nunca dependerá de su talento, y no del dinero, para garantizar un futuro en F1.
Via: BBC Mundo
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