Han pasado exactamente dos años. A última hora de la tarde del 8 de diciembre de 2008, la policía china fue a recoger a Liu Xiaobo. Los funcionarios presentaron un documento que lo acusaba de “socavar el poder estatal”, se llevaron al presidente del Pen Club de escritores chinos independientes y confiscaron sus computadoras y manuscritos.
Para los defensores de los derechos humanos, el arresto no fue una sorpresa. Su esposa le había advertido a menudo de que la policía iría a por él, “con seguridad”. Cuando la semana anterior Liu y sus amigos analizaron y esbozaron la “Carta 08″, todos tenían claro que uno de ellos iría a la cárcel. Y el propio Liu sabía que él mismo tenía posibilidades, como dijeron después sus compañeros.
Pero cuando la policía fue por él, el llamamiento a la democracia y los derechos humanos en China -inspirado en la “Carta 77″ de Checoslovaquia- ya había sido realizado. Rehuyeron de Internet para evitar a las fuerzas de seguridad estatales. Liu había visitado personalmente a sus colegas para pulir el documento, contó Ding Zilin después. Esta profesora jubilada encabeza a las “Madres de Tiananmen”, una red de víctimas de la sangrienta represión del movimiento democrático del 4 de junio de 1989. “Él me visitó varias veces para discutir sobre el borrador.”
Unos 300 intelectuales y activistas sumaron su firma a la “Carta 08″, que es una especie de borrador de una nueva Constitución para China. Dos días después de que Liu fuera detenido, los activistas publicaron el documento con motivo del aniversario 60 de la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 2008.
Casualidad o no, ese mismo día, dos años después, Liu recibirá en ausencia el Premio Nobel de la Paz en Oslo por su “larga lucha sin violencia en pro de los derechos humanos fundamentales en China”. Eso sí, su silla estará vacía: Liu, de 54 años, cumple sus 11 años de prisión en Jinzhou (en la provincia de Liaoning), en el norte de China.
“Debe haber un final para que las palabras dejen de ser crímenes”, exige la “Carta 08″. También se insta al fin del delito de “instigación a socavar el poder del Estado” que ha llevado a Liu a estar entre rejas.
“Allí donde no florece la libertad no puede hablarse de civilización moderna”, dice el documento a la cúpula comunista china. Una modernización que se aleja de los valores universales “sólo puede dar lugar a un proceso catastrófico que robe a las personas sus derechos, corrompa su razón y destroce su dignidad”.
Los campos de reeducación deben ser cerrados, y los ciudadanos han de tener derecho a reunirse libremente y organizarse. China necesita elecciones democráticas, división de poderes y una Justicia independiente. Las fuerzas armadas no deben estar sometidas al Partido, sino ser fieles al Estado y a la Constitución. Y es necesario construir un sistema social que garantice una educación, sanidad, pensiones y trabajo, añade el documento.
“La mentalidad atrasada del sistema actual ha llegado a un punto donde ya no se puede avanzar sin reformas”, reza el manifiesto, al que desde entonces se han adherido más de 10.000 personas.
Además, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China tiene una responsabilidad especial. “Es lamentable que China esté entre las potencias del mundo actual y siga siendo un sistema político autoritario, que produce continuamente catástrofes relacionadas con los derechos humanos y crisis que impiden el desarrollo de la nación y limitan el avance de la civilización”, declara el manifiesto.
Y culmina: “¡Esta situación debe cambiar! La transformación del poder político en una democracia no admite más demoras”.
Un año más tarde, Liu dijo ante los tribunales: “No me arrepiento de nada”. Espera el día en que en China reine la libertad de expresión y compitan entre sí de forma pacífica distintos valores, ideas y opiniones políticas.
“La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la fuente de la humanidad y la madre de la verdad”, dijo Liu a sus jueces, antes de que las puertas de la cárcel se cerraran tras él.
DPA
Por Andreas Landwehr
Via: Noticias24
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