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No se es exiliado por gusto
No se es exiliado por gusto
La palabra Exilio representa separación, ruptura del vínculo con la tierra natal.
Generalmente el ser humano se aferra a su país, su familia, su historia, sus cosas, amigos, geografía y demás detalles de "su tierra"; con lo cual, la separación representa un trauma que pocas veces se vive "por que si", sin motivo...La mayoría de las personas que abandonan su patria, lo hacen por que algo les ha forzado a ello. Muy pero muy pocos lo hacen por mero gusto.Tristemente desde hace muchos años en Venezuela, ríos de venezolanos se han marchado por motivos políticos. Aunque parezca que la gente se va por la inseguridad, o por que no hay trabajo, la realidad es que quienes salen lo hacen porque la política del régimen les ha dejado sin presente o sin futuro.Para todos los que aún están allá es difícil de entender, pues parece que al irse, se acaba la tortura, pero no es así, la pesadilla continúa... porque los amores y los dolores te persiguen donde quiera que te encuentres. Por esta equivocada concepción de lo que significa ser exiliado, quiero dedicarle este escrito a TODOS LOS VALIENTES que a pesar del miedo, la incertidumbre, la pobreza, el vacío, y la soledad, hoy están fuera de los bordes de la República Bolivariana.Del otro lado de la frontera, en muchos rincones del mundo, hay Venezolanos que jamás habrían dejado su tierra si esta no hubiera sido vil y maquiavélicamente transformada, para el beneficio de pocos y la esclavitud de muchos.El exilio es una simple consecuencia del instinto de supervivencia. Cuando sabes que tu vida o la de tu familia corre peligro en tu país, no te queda más remedio que buscar otro lugar. Y es que ¿cómo o por cuánto tiempo puede alguien vivir bajo la amenaza de robos, secuestros, miseria, o persecución por disidencia política? Todos los seres humanos compartimos un objetivo común en nuestro subconsciente: Vivir en Paz. De modo que inconscientemente todo lo que amenace ese estado lo rechazamos.Cabe preguntarse ¿Y no quita la paz ser extranjero, exiliado, luchar por legalidad, empezar de cero en un lugar desconocido, en otro idioma? Parecería que si, pero en el fondo no, porque la paz está donde quiera que alguien sea libre de pensar, sentir, hablar y hablar sus verdades, aunque ese lugar sea a miles de kilómetros de casa.Ser exiliado lleva forzosamente a desprenderse del apego a una geografía, sabores, olores, gente. El exilio, después que pasas el dolor de la ruptura, te hace valorar todo aquello que representa seguridad y libertad, e inevitablemente hace que te preguntes ¿Qué se necesita para poder vivir así mismo pero en mi país?
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