La jueza María Lourdes Afiuni, “la presa personal de Chávez”
Viernes, 9 de diciembre de 2011
La jueza María Lourdes Afiuni cumple dos años en prisión.
¿Por qué sacerdotes indios, parlamentarios polacos y periodistas estadounidenses visitan a una jueza venezolana en su casa?
María Lourdes Afiuni, de 47 años, cumple este
sábado dos años presa, lleva desde febrero bajo arresto domiciliario
donde recibió a BBC Mundo.
Muchos de ellos comparten la caracterización que de sí misma hace la jueza de ser una "presa personal de Chávez".
Afiuni desató la ira del presidente de Venezuela
cuando liberó a un banquero que llevaba tres años detenido, tras ser
acusado de cometer varios delitos, incluido ayudar a una compañía de
computación a obtener dólares a tasa preferencial para importar equipos
que nunca llegaron al país.
Nadie se anima a declarar por qué Chávez se tomó esta situación tan a pecho, aunque los rumores abundan.
Y las extravagancias del caso no han hecho más
que llamar la atención a nivel internacional sobre la existencia o no de
independencia judicial en Venezuela.
Para el gobierno y sus defensores las
repercusiones se enmarcan en una campaña de descrédito contra Hugo
Chávez y aseguran que se están manipulando casos legítimos a nivel
judicial para perjudicar a las autoridades.
El caso
Qué dijo Chávez
Chávez, tras la detención en 2009
- "Viene una juez bandida, una bandida (…) todo estaba montado. Yo exijo dureza contra esa jueza, incluso le dije a la presidenta del Tribunal Supremo, a la Asamblea Nacional, habrá que hacer una ley porque es mucho más grave un juez que libere a un bandido, que el bandido mismo".
- "Entonces habrá que meterle pena maxima a esta jueza y a los que hagan eso, ¡30 años de prisión!, pido yo a nombre de la dignidad del país".
- "A la juez esa deberían meterle 30 años de cárcel, Simón Bolívar hizo un decreto: aquel que tome un centavo del Tesoro público será pasado por las armas, es decir, fusilado y el juez que no lo hiciera será también pasado por las armas”
- "Es más grave tener jueces que liberan delincuentes (…) “no, eso es lo último que podemos tener nosotros, porque el juez es el encargado de imponer la sentencia, si vamos a tener jueces delincuentes, sálvese quien pueda”
- "Ha actuado un poder absolutamente autónomo, un Poder Judicial que condenó a una exmagistrada".
- "Aquí hay una lucha a muerte contra la corrupción (…) y nunca antes funcionaron como hoy los poderes venezolanos en plena autonomía".
En la mañana del jueves 10 de diciembre de 2009,
Día de los Derechos Humanos, la jueza decidió en una audiencia
otorgarle una medida sustitutiva a la prisión al banquero Eligio Cedeño.
Cedeño estaba próximo a cumplir tres años detenido sin que comenzara el juicio.
En aplicación de la ley venezolana, que
establece que nadie puede estar detenido más de dos años sin sentencia,
lo dejó en libertad con régimen de presentación cada 15 días y le
prohibió salir del país.
Afiuni también estaba aplicando una
recomendación del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de
Naciones Unidas que había cuestionado la situación del banquero.
Él declaraba su inocencia y decía ser un "preso político". Escapó a Estados Unidos y recibió asilo.
Para la Fiscalía venezolana hubo irregularidades en su liberación.
Quince minutos después comenzó su infierno.
Los servicios de inteligencia la detuvieron.
Y por televisión, el presidente Hugo Chávez mostró su ira.
"Yo exijo dureza contra esa jueza, incluso le
dije a la presidenta del Tribunal Supremo, a la Asamblea Nacional, habrá
que hacer una ley porque es mucho más grave un juez que libere a un
bandido, que el bandido mismo".
"Entonces –agregó Chávez– habrá que meterle pena
máxima a esta jueza y a los que hagan eso, ¡30 años de prisión!, pido
yo a nombre de la dignidad del país".
A la cárcel
A la jueza la enviaron a prisión, donde se
encontraban una veintena de mujeres que había procesado o sentenciado
por infanticidio, robo y narcotráfico.
"La rabia, la saña con la que ha actuado Chávez en este caso es algo inusual (…) Ella sabía dónde se estaba metiendo, no era tan ingenua, pero no pensó que la iban a detener"
Nelson Afiuni, hermano de la jueza
La encerraron, 24 horas al día, en una celda de
2,5 metros por 3, donde, según expresaron varias veces sus abogados
defensores, la habrían intentado atacar con cuchillos, sexualmente y
hasta rociarla con gasolina.
Allí empezó a través del BlackBerry a usar
Twitter sin parar, a descargar su bronca y a sumar seguidores, que ya
casi son 85.000.
Por ese entonces un grupo de personas vinculados
a la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ya le había puesto el
ojo al asunto pidiendo por la libertad de la jueza.
El esfuerzo incluye al célebre intelectual de
izquierda estadounidense, Noam Chomsky, conocido por su admiración a
Chávez, pero que en este caso ha cuestionado su detención y ha escrito
una carta pública al respecto.
La salud de Afiuni fue empeorando, en febrero de
este año le tuvieron que extirpar el útero y logró que le concedieran
el arresto domiciliario.
Hoy las complicaciones de salud son otras, dos
quistes –en un seno y en una axila– y un problema en la vegija, pero no
le dan autorización para ir al hospital si no se trata de algo grave.
Un dentista amigo, por ejemplo, la visita en su casa y le hace los tratamientos que puede.
Presa, en casa
El apartamento en Caracas donde vive con sus padres y su única hija, de 19 años, se convirtió en su prisión.
Por turnos, dieciséis militares cuidan que no se
escape: dos militares vigilan el portón de acceso al edificio, dos se
apostan en otro ingreso y otros cuatro pasan todo el día sentados frente
a la puerta de su apartamento.
Ellos llevan registro de quién ingresa a la casa de la jueza, que no puede tener más de cinco visitas al día.
Allí recibe a BBC Mundo. Pero Afiuni, por decisión de juez de la causa, no puede dar declaraciones a los medios de comunicación.
Su hermano, Nelson, hace de vocero: "No puede hablar ni del clima con los medios".
Ella se sienta en el sillón, fuma, hace catarsis en Twitter, sonríe, frunce el ceño.
Durante el día aprovecha para hacer un curso de
ingles a través de internet, arma rompecabezas, lee y por las tardes
coloca sus piernas sobre la ventana enrejada para recibir un poco de
sol.
Los materiales de su defensa y documentos
judiciales no están en su casa porque los guardias pueden allanarla en
cualquier momento.
No habla por teléfono porque los teléfonos,
dicen sus familiares, están "pinchados", así que se comunica mayormente
con el servicio de mensajería de su teléfono.
Detrás suyo, mirando hacia el exterior, una
bandera venezolana con la inscripción "Afiuni" enseña que en el cuarto
piso de ese edificio vive la jueza.
Una vez al mes sale a la calle. Cuando la
trasladan a tribunales para ser juzgada, ella se niega a ingresar a sala
porque considera que no va a tener un juicio justo, dice su hermano.
"La rabia, la saña con la que ha actuado Chávez
en este caso –dice Nelson– es algo inusual (…) Ella sabía dónde se
estaba metiendo, no era tan ingenua, pero no pensó que la iban a
detener".
A la jueza se la acusa de "presunta comisión de abuso de autoridad, favorecimiento para la evasión y corrupción propia".
La Fiscalía ha reconocido que no tiene
evidencias de que Afiuni haya recibo un pago o una promesa de pago, un
delito que tiene una pena mínima de tres años de prisión.
"Es un delito que no existe –señala su hermano–, es corrupción sin dinero, es homicidio sin muerto".
Dos años más
"No puede recibir un juicio justo"
El abogado de María Lourdes Afiuni,
José Amalio Graterol, le dijo a BBC Mundo que la jueza "no puede recibir
un juicio justo en Venezuela. El juez (del caso) Alí Paredes ha
escrito en las páginas del PSUV que es leal al presidente, que nunca
traicionaría a Chávez". "No podemos someter a la jueza a un juez
viciado, totalmente parcializado", agregó. "De manera grotesca el Poder
Ejecutivo se ha entrometido en el Poder Judicial, el símbolo del miedo
en los jueces es la prisión de Afiuni (...) Esperamos que las
instancias internacionales dejen de ser tan diplomáticas, el gobierno se
burla de la ONU".
Los Afiuni confiaban en que a los dos años se
acabara el calvario, pero esta semana la Fiscalía solicitó extender por
dos años la medida privativa de libertad.
El Ministerio Público afirmó que la medida se
justifica porque el proceso ha sufrido demoras "por causas imputables al
imputado o a la defensa".
La fiscal general, Luisa Ortega, ha destacado
que Afiuni tiene "el mejor trato para una privada de libertad, en la
comodidad de su hogar".
BBC Mundo intentó comunicarse con la Fiscalía pero fue imposible obtener un comentario sobre el caso Afiuni.
"No podemos perder la esperanza. Confío en las
instancias internacionales, que van a lograr que se le conceda la
libertad", dice Nelson Afiuni.
Tres órganos de protección de derechos humanos de la ONU califican la detención de Afiuni como arbitraria y exigen su libertad.
El presidente Chávez ha defendido el accionar de las autoridades en este caso.
"Ha actuado un poder absolutamente autónomo, un Poder Judicial que condenó a una exmagistrada", le dijo el año pasado a la BBC.
"Aquí hay una lucha a muerte contra la
corrupción (…) y nunca antes funcionaron como hoy los poderes
venezolanos en plena autonomía", agregó.
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