Irán busca uranio en Venezuela para desarrollar su programa nuclear
El régimen de Teherán utiliza sus concesiones para la extracción de oro en el país bolivariano y emplea varias empresas civiles como tapadera
Día 12/12/2011
Técnicos iraníes han establecido cuáles son las áreas de mayor riqueza de uranio en Venezuela y
estarían extrayendo ya el estratégico mineral bajo la cobertura del
régimen de Hugo Chávez, de acuerdo con documentación confidencial a la
que ha tenido acceso ABC.
No solo el acuerdo de colaboración nuclear firmado entre ambos países
viola las sanciones internacionales impuestas a Teherán, sino que además
una compleja trama de empresas y bancos estaría permitiendo a Irán el
lavado de dinero para su alivio financiero.
Ultimos
datos sobre colaboración militar, con la venta de aviones no tripulados
a Venezuela (transacciones comprobadas por este diario) y la posibilidad de que también misiles de fabricación iraní estén ya en suelo venezolano (así
lo apuntan algunas fuentes pero sin evidencia gráfica), han hecho
saltar las alarmas en EE.UU. Esta semana la cónsul de Venezuela en
Miami, Livia Acosta, podría ser expulsada del país, después de que un
documental de Univisión haya desvelado con cámara oculta su implicación
en la obtención de información para la comisión de atentados en suelo
estadounidense.
La conexión del régimen de Chávez con
elementos de Hizbolá ya llevó a Washington a tomar medidas en el
pasado, pero en medio de la presente crisis entre Irán y EE.UU. la
vinculación entre la república islámica y la bolivariana comienza a
atraer la atención de la CIA. Así lo puso de manifiesto Roger Noriega,
alto cargo en la Administración Bush, que ahora investiga la penetración
de Irán en Latinoamérica, en una reciente intervención en el American
Enterprise Institute. El acercamiento entre los dos países se consumó en
2005, año en que el presidente Jatamí visitó Caracas. Chávez devolvió
la visita en 2009, correspondida meses después por el presidente
Ahmadineyad. En la documentación oficial de esos encuentros, que ABC
ha podido consultar, se contabilizaban unos proyectos de colaboración
de 30.000 millones de dólares, cifra desmedida cuando se analiza
pormenorizadamente cada inversión. Las abultadas cuantías tendrían como
fin facilitar divisas a Irán.
Entre
las sospechosas inversiones está la fábrica de cemento Cerro Azul, en
el estado de Monagas. Su presupuesto es de 750 millones de dólares, lo
que a juicio de consultores externos es desproporcionado para la
producción que desea realizar. El hecho de que lleve seis años
planificada y aún no termine de arrancar su producción ha llevado a los grupos opositores a pensar que puede tratarse de una tapadera,
máxime cuando además está prohibido su sobrevuelo. Sospechas no
confirmadas apuntan a que la instalación, con fácil acceso al río
Orinoco, podría servir como lugar de carga del uranio que Irán pudiera
estar obteniendo en el vecino estado de Bolívar, en una concesión para
la supuesta extracción de oro.
Esta mina, igualmente sin permiso de sobrevuelo, se encuentra en una de las áreas más ricas en uranio.
Aunque la zona también cuenta con yacimientos de oro, curiosamente la
empresa pública iraní que la explota, Impasco, no aparece en la relación
de compañías que extraen oro en Venezuela. Impasco, además de ocuparse
de diversos minerales, está vinculada al programa nuclear iraní.
Precisamente
determinar dónde se encuentran los puntos más eficientes para la
obtención de uranio fue tarea de los técnicos iraníes que en 2007
realizaron un estudio geológico para el Instituto de Industria y Minas
(Ingeomin). El estudio fue presentado luego por Chávez ante la OIEA para
explicar su proyecto de erigir una planta nuclear propia, cuya
construcción se encargó a la misma compañía rusa que levantó la central
iraní de Bushehr. Otra de las zonas con potencial de uranio es el Baúl, en el Estado de Cojedes.
Similar
falta de normal actividad para lo que sería su producción declarada es la fábrica de tractores Venirán. Supuestamente el ensamblaje de piezas
traídas de Irán permitiría sacar de la cadena de montaje cerca de 3.000
tractores al año, según los datos oficiales. Pero el escaso número de
trabajadores y las especiales medidas de seguridad hacen pensar en otro
uso. Con doble valla de seguridad, el exterior está custodiado por la
guardia nacional venezolana. Parte de su interior solo es accesible a
personal iranía. En 2008 un total de 22 contenedores que partían de Irán
y se dirigían a la fábrica de tractores fueron interceptados en
Turquía: se trataba de material químico supuestamente para la
fabricación de explosivos.
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